
¿Qué es el Transgeneracional?
El Transgeneracional trata de nuestros mayores, de nuestros padres, abuelos… y de todo lo que vivieron, de lo que tuvieron que hacer para garantizar, para asegurar la supervivencia de la especie (familia, clan) y como superaron cada uno de los obstáculos de su vida. Estos obstáculos, al igual que las victorias vividas por nuestros ancestros es lo que nos transmiten, lo que aportan a los descendientes como herencia de aprendizaje y supervivencia.
Carla Gustav Jung, creador del concepto del inconsciente colectivo y familiar, y Anne Ancelín Schütrenberger, madre de la Psicogenealogía y el Transgeneracional moderno, definen y nos regalan las bases de todo lo que hoy estamos tratando.
Jung decía que “lo que no se expresa, lo que no se reconoce (secreto), vuelve en forma de destino”; programa Transgeneracional.
¿Cómo cortar las herencias negativas de tus ancestros?
La Psicogenealogía parte de la premisa de que determinados comportamientos inconscientes se transmiten de generación en generación e impiden al sujeto auto realizarse, para que un individuo tome consciencia de ellos y se pueda desvincular de los mismos es necesario que estudie su árbol genealógico. Podría decirse, que en ocasiones estamos “poseídos” por nuestras familias, particularmente las relaciones con nuestros padres juegan un papel fundamental en la formación de la psique del individuo, por lo que resulta imprescindible desatar esos “nudos” con el pasado, e ir descargando el peso de las experiencias de vida que no nos corresponden.
El árbol está vivo dentro de mí. Yo soy el árbol. Yo soy toda mi familia. Nadie tiene problemas individuales porque toda la familia está siempre en juego. El inconsciente familiar existe.
Desde el mismo momento en que alguien toma conciencia de algo, hace que todos los suyos también la tomen. Ese alguien es la luz. Si uno hace su trabajo, todo el árbol se purifica.
Alejandro Jodorowski
¿Cómo se transmite este aprendizaje? ¿Cómo llega a nosotros desde nuestros ancestros?
Existen varias formas de explicarlo, una de ellas: Epigenética.
Cada célula del cuerpo, tiene como bien sabemos por la biología, el ADN nuclear y el ADN mitocondrial. Este ADN del núcleo es el que va a determinar nuestra estructura física (piel, color de pelo, de ojos…), como bien nos ha enseñado la ciencia. Y es en la mitocondria de la célula donde se graban las experiencias vividas por esa célula (vivencias recogidas en estrés, tanto positivas como negativas, pues todo lo vivido en estrés tiene un sentido biológico de supervivencia). De esta forma podemos decir, que el ADN nuclear está cargado de información estructural y el ADN mitocondrial está cargado de información emocional. Y por pura y simple genética estos ADN nos definen, determinan y dan forma tanto estructuralmente como emocionalmente.
Lo que vivió nuestro ancestro se conoce normalmente, se sabe a nivel mental, por ejemplo, una madre que pierde a su hijo; lo que no sabe, lo que ni tan si quiera ella sabe es ese dolor que no se permite sentir y menos aún expresar. Este acontecimiento vivido normalmente en solitario, sin solución aparente, y que hace peligrar la supervivencia del clan o la familia (factor filogenético). Esta información se queda grabada y es transmitida a las siguientes generaciones hasta que nos permitimos reconocerlo y darle salida a ese dolor (emoción) liberándolo en nuestro inconsciente familiar.
Esta es la razón por la que se suele decir que cargamos con el sufrimiento de nuestros padres y la no siempre acertada frase “pagamos las cargas de nuestros antepasados”. Nadie paga nada, nadie está obligado, lo hacemos por amor y lealtad. Nos ofrecemos a revivir y expresar estas situaciones. Este “dolor” se expresa en nosotros a través del síntoma en los descendientes, que puede ser un síntoma físico, emocional, mental (dinero, pareja e hijos suelen ser los ejemplos más claros).
Existen algunas “cargas” más pesadas que otras, una de las más pesadas es el olvidado o excluido de la familia. Esta situación obliga a nivel inconsciente a los descendientes a traer a este miembro una y otra vez al sistema, intentando devolverle el lugar que se le ha negado.
Existen dos formas de enfrentarse a esta situación: Repetición o Reparación; tienen una diferencia importante, aunque sutil. En la repetición vamos a tener únicamente el deseo de traer a esta persona (muchos casos de aborto responde a esto), para que la familia sea consciente del drama, pero aun vivido sin solución. En la segunda, reparación, ya existe una solución inconsciente y es necesario llevarla a cabo.
Esta necesidad inconsciente que nos fuerza a revivir y sacar situaciones, no pretende hacernos la vida imposible, no es por “pagar los platos rotos de nuestros antepasados”, nada de eso; es un sentido biológico de supervivencia genética, tiene un sentido de evolución. Todo lo que se vive como un impacto de supervivencia importante, tanto en positivo como en negativo, tanto las victorias como las derrotas, se graba en nuestras células como conocimientos necesarios para esa supervivencia y es esta información la que se transmite desde la ontogénesis a la filogénesis, desde el individuo al sistema transgeneracional, llegando a nosotros los descendientes como la futuras respuestas y formas de actuar que garantizan la supervivencia. Esto se ve claramente en animales como la tortuga, el cocodrilo o la jirafa.
A esto se le llama programas de adaptación o programas de supervivencia, aunque estos programas pueden ser adaptativos o des-adaptativos. Cuando esa información, programa, se convierte en una forma correcta útil para enfrentar el presente, se convierte en adaptativo; si, por el contrario, este recurso transgeneracional nos provoca un nuevo dolor o conflicto (incluso llevarnos a la muerte) lo llamamos des-adaptativo.
“Una mujer llega a consulta y nos cuenta que no consigue superar la muerte de su hijo que se ha suicidado saltando al vacío desde su casa. Explica que jamás había tenido tendencias suicidas y que este hijo vivía una situación de ruina económica y que antes de morir hablaba de que no veía salida a esta situación. Bien, miramos su árbol y encontramos un bisabuelo del que este hombre es doble; empezamos a profundizar en este pariente y descubrimos que se contaba de él que salvó la vida de una forma peculiar; iba camino a un campo de concentración en la Segunda Guerra Mundial, lo llevaban en un tren; él y un compañero levantaron las tablas del suelo y “se lanzaron al vacío” mientras el tren pasaba por un puente sobre un río… y de esta forma salva su vida.”
Esta información ya hemos dicho que está en el hijo de nuestra paciente y ante una situación “sin salida”, “recuerda” esta forma de actuar, saltar al vacío, con la creencia inconsciente de que esa es la salida, la forma de salvarse…
¿Cuál es el fin del Transgeneracional o Psicogenealogía?
La terapia Transgeneracional busca hacer consciente en la persona esas memorias de sufrimiento o drama vividas por uno o varios antepasados con los que estamos vinculados, y de esta forma liberar el dolor sufrido por ellos y que ha quedado guardado en nuestro inconsciente familiar, liberándonos a nosotros mismos y a nuestro sistema familiar (descendientes) de ese destino del que hablaba Jung.
¿Cómo podemos reconocer esas memorias Transgeneracionales en nosotros mismos?
Además de acudir a un profesional cualificado, podemos observarnos a nosotros mismos cuando tenemos una reacción desproporcionada, o excesiva ante un evento exterior, por ejemplo, “no me gusta beber alcohol y odio a todas las personas que beben, aunque no tengan nada que ver conmigo, soy capaz de gritarles para hacerles ver el dolor que les causan a sus familias…”, este ejemplo nos hablaría de alguien con un ancestro alcohólico los cuales han llevado a su familia a vivir grandes dolores.
Cuando las situaciones se repiten en nuestra vida una y otra vez, puede ser otra pista de algún conflicto Transgeneracional relacionado con esta situación que estamos viviendo. Y por último y tal vez la más importante es hacernos a esta pregunta, mientras pensamos en la situación: ¿esta situación es nuestra?, invariablemente vamos a responder que no, que tenemos la sensación de que esto le ocurre o le pertenece a otra persona, cuando viene algún conflicto Transgeneracional (“esto es como si no fuera mío”).
Antonio López Vivero.
Estudio de Transgeneracional
“Lo que no se hace consciente se manifiesta en nuestras vidas como destino” Carl G. Jung
Pide cita y libérate ya de las cargas que te impiden disfrutar de la vida que mereces